El juego y los juguetes son parte fundamental en el desarrollo de los aprendizajes en la etapa infantil. Sino existierán juegos en las diferentes edades desde que nacemos hasta que nos muramos, seríamos seres sin inteligencia, puesto que esta se crea a través del razonamiento donde tiene lugar el juego.
En la medida que los juguetes favorecen el intercambio, ayudan al niño a situarse entre los otros, a comunicar con ellos y preparar su integración social.
Respecto a la afectividad podemos considerar que un juguete estimula positivamente la afectividad cuando presente como características materiales de buena sensación táctil, tamaño tranquilizador, armonía de colores, buena manipulación, variedad de contactos táctiles, durabilidad, expresión propia, etc.
Influirán negativamente en relación a la afectividad aquellos juguetes que presenten las siguientes características: tamaño desproporcionado, rotura fácil, agresividad de colores, presencia de un mecanismo frío, actitud rígida, etc.
Un juguete estimulará la motricidad fina y habilidad manual sí presenta las siguientes características: buena estética, buena calidad de materiales y colores, simplicidad de formas, buena manipulación, detalles que desìerten curiosidad.
Influirán negativamente en relación con la motricidad fina y habilidad manual, las siguientes características: mal gusto, mala calidad, elementos de difícil manipulación o no manipulables,etc.
Enfermedades comunes en la infancia
En sus diferentes etapas de la vida, niños y niñas presentan una serie de molestias o afecciones llamadas enfermedades. Estas puedes ser de diferente tipo y gravedad y, además, pueden tener síntomas muy dispares entre la gran cantidad de las mismas, así como unas consecuencias diferentes.
Para una mamá primeriza es muy importante saber qué clases de enfermedades puede tener su hijo a lo largo de su vida, para saber cómo actuar y qué tratamiento adecuado utilizar en cada momento, por ello os dejamos hoy una lista con las enfermedades más comunes en la infancia.
Infecciones respiratorias agudas
Estas son enfermedades de nariz, garganta, bronquios y pulmones. Se caracterizan porque aparecen en forma súbita y se pueden agravar en pocas horas, por lo cual es indispensable atenderlas de inmediato para evitar complicaciones.
Se producen por la acción de microbios (virus o bacterias) que son transmitidos por las gotitas de saliva que un enfermo expulsa cuando habla, tose o estornuda. Los microbios también se propagan a través del aire y los utensilios de uso común.
Varicela
También provocada por un virus filtrable, tiene un periodo de incubación de dos semanas aproximadamente, luego de las cuales sobreviene la invasión, con escalofríos, fiebre, dolor de cabeza y a veces vómitos. Luego de este estado que dura más o menos dos días, se produce una erupción, no se puede confundir con otra enfermedad, pues en vez de manchas presenta ampollitas con un líquido claro que luego se enturbia la par que las ampollas se van secando y formando costras oscuras que caen a los pocos días.
Diarrea aguda
Es un aumento en el número de deposiciones y/o una disminución de su consistencia. Representa el segundo motivo más frecuente de consulta y hospitalización en niños menores de 2 años. La causa más frecuente es infecciosa (gastroenteritis), siendo el rota virus, el germen que con mayor frecuencia produce diarrea en los niños de todo el mundo.
Resfriado común
El cataroo o resfriado es una enfermedad benigna cuyos síntomas más comunes son las tos, congestión nasal, mocos y fiebre.
Todos los niños, incluidos los normales y sanos, tienen carias infecciones catarrales al año (entre 7 y 14). Son más frecuentes durante el invierno y son producidas por virus.
Este tipo de infecciones son la forma más natural para que el niño adquiera sus defensas contra los ditintos virus a los que estamos expuestos a lo largo de nuestra vida. Suelen curar espontáneamente, y la fiebre dura con frecuencia 4 días.
El problema de la diabetes infantil
La diabetes infantil es la segunda enfermedad crónica más común en la infancia. Antiguamente era una enfermedad propia de adultos, pero con el crecimiento del índice de la obesidad infantil, asociado a una vida sedentaria y a los malos hábitos alimenticios, los casos de diabetes infantil han aumentado consederablemente entre los niños y las niñas.
Es por ello, que desde madres hoy os queremos dar algunos consejos o pautas de intervención para procurar prevenir esta enfermedad, la cual puede originar problemas en el bebé en su futuro.
La diabetes se caracteriza por una aliteración en la producción de la hormona de la insulina por el páncreas o por una resistencia a la acción de la insulina en el organismo. Es la insulina la que ayuda al organismo a transformar el azúcar (o glucosa) en energía, promoviendo así un buen funcionamiento del cuerpo humano.
Por esta razón, los niños diabéticos tienen que ser mucho más vigilados en cuanto a los dulces y chucherías. Ahora la gastronomía ha cambiado mucho y realizan muchos alimentos acordes con las necesidades especiales en torno a la alimentación (sin glutén, sin azúcar, sin lactosa, etc), pero no por ello debemos alimentarse a sus anchas, porque una subida o bajada de azúcar a estas edades puede ser muy peligrosa.
Pautas de prevención
La única solución para el tratamiento de la diabetes es la administración de insulina a través de inyección subcutánea (debajo de la piel). En la actualidad, existen nuevos dispositivos, que sustituyen a las antiguas jeringuillas o a las plumas de insulina, que permiten un mejor control y manejo de la enfermedad. Los niños diabéticos aprenden pronto a usarlas.
Los educadores han de tener en cuenta ciertas recomendaciones para el niño diabético.
El niño diabético tienen que realizar ejercicio físico y alimentarse saludablemente.
La rutina en la alimentación (sin omitir comidas ni hacer excesos) es esencial.
Se debe medir la cantidad de glucosa en sangre periódicamente.
El educador debe saber actuar en casos de hipoglucemia.
Hay que conocer riesgos propios de la diabetes (heridas, cuidado de la piel, de los pies…).
¿Qué es el TDAH?
En edad escolar los niños necesitan tener una motivación, una concentración… que les ayude en el camino de los estudios. Aunque hay veces que la motivación no es suficiente cuando existe algún tipo de trastorno que le impide esa concentración.
Uno de esos trastornos es el TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad) que se da por medio de factores genéticos o ambientales y afecta a la conducta de los niños en los que aparece en la infancia pero se suele diagnosticar en torno a los siete años.
El niño con TDAH tiene una actividad física más desarrollada, es impulsivo y tiene dificultad para mantener la atención en algo durante un tiempo determinado.
No todos los niños con este trastorno tienen el mismo grado ya que en unos predomina la inatención, en otros la hiperactividad e impulsividad y otros tienen problemas tanto atencionales como de impulsividad e hiperactividad que se conoce con el nombre de TDAH mixto.
Algunos síntomas en niños de seis o siete años son que se distraen muy fácilmente, no prestan atención en los deberes del colegio y no suelen terminarlos, interrumpen mucho a los demás, se mueven mucho y con energía, les cuesta esperar un turno para jugar a algo y no quieren hacer tareas en casa.
El TDAH en los niños
Es importante dar apoyo a todo niño con este trastorno ya que suelen coger complejo de inferioridad si se les compara con otros compañeros y el nivel académico se verá afectado, por ello los padres deben ser conscientes de esos problemas e intentar que el mismo niño lo sea.
Alguno de los hábitos que se les puede inculcar siempre sin agobiarlos demasiado en que lo realicen son que se marquen objetivos cortos y muy concretos, insistirle en que es bueno que use una agenda para que le recuerde cuales son sus deberes, reforzar las cosas positivas que haga como por ejemplo las tareas de clase y evitar regañarle más de lo normal en el caso contrario, ya que no es algo que el niño haga queriendo y animarle siempre a que cuando algo no sale bien hay que intentarlo hasta conseguirlo para que tenga autoconfianza en todo lo que haga.
Fuente madreshoy.com
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