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viernes, 25 de octubre de 2013

Cómo atender a los niños celíacos en el 'cole'



La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten, una proteína presente en varios tipos de cereales, y que produce tanto en los niños como adultos una lesión de la mucosa intestinal, así como una inadecuada absorción de los alimentos. Sus síntomas más frecuentes en los primeros cinco años de vida: la pérdida de apetito del niño, diarreas, distensión abdominal o cambios en su forma de ser, aunque es más que corriente que el niño padezca la enfermaedad sin mostrar síntoma alguno, haciendo el diagnóstico mucho más difícil.

Los niños celíacos deben seguir una dieta basada en alimentos naturales carentes de gluten, como carnes, pescados, frutas, verduras y legumbres, además de huevos, lácteos y derivados. Un menú que en principio parece sencillo pero que excluye todos los productos en cuya composición figuren trigo, cebada, centeno o avena, y que puede complicar la vida del pequeño tanto en el comedor del 'cole' como a la hora de atender a fiestas de cumpleaños, casas de amigos o campamentos de verano.

Las claves para integrar al niño celíaco en la rutina escolar: informar al niño, a los profesores y compañeros, así como a los reponsables de cocina del colegio. La información, incluso aunque el niño sea muy pequeño, facilita la adaptación a la dieta, por lo que es importante responder todas sus dudas de manera acorde a su edad, así como no esconder los alimentos, sino enseñarle a distinguirlos y clasificarlos, inculcándole qué puede y qué no puede comer.

A la hora de ponerse en contacto con los profesores, no está de más proporcionales, junto a la lista de alimentos 'prohibidos', una selección de galletas o golosinas que el pequeño pueda tomar en situaciones especiales, como premios, cumpleaños o excursiones. Proporcionar menús adecuados a los responsables del comedor del colegio -especialmente si se trata de uno pequeño, sin servicio de catering-, así como información precisa sobre la enfermedad, es el siguiente paso para integrar al niño en la rutina del comedor escolar. No se trata de preparar platos especiales sin gluten, como fritos y rebozados en harinas sin gluten, sino en ofrecer alternativas como carnes y pescados a la plancha.

Si el comedor es muy grande y no puede ofrecer garantías de ofrecer una dieta adaptada a nuestros hijos, lo más conveniente es llevar la comida de casa. Eso sí: fundamental no hacer sentir al pequeño que es diferente, apartándolo del resto de niños por temor a que pueda ingerir un alimento 'prohibido'. Es esencial que, desde una edad temprana, los niños celíacos aprendan a comer de manera social, desdramatizando la enfermedad, e integrando a sus compañeros en sus diferencias y necesidades.



Nueve nutrientes esenciales en la dieta de los niños



La nutrición es fundamental para que los niños crezcan sanos y fuertes: durante los primeros años de vida, el conocido ‘eres lo que comes’ se convierte casi en una máxima con la que organizar desde el desayuno hasta la merienda, pasando por el menú del cole, pero… ¿sabes exactamente cuáles son los nutrientes esenciales que los ‘peques’ deben consumir a diario? Te los resumimos.

PROTEINAS
Las proteínas desempeñan un papel fundamental en el crecimiento, hasta el punto de ser indispensables para los niños: ayudan a fabricar nuevas células, protegen el sistema inmune con ‘un arsenal’ de defensa naturales y les dan energía para enfrentarse al día a día en el ‘cole’ con una sonrisa. Las encontrarás a montones en la carne roja o de pollo, los huevos, el pescado blanco, los lácteos, las nueces, las lentejas o el jamón serrano.

HIDRATOS DE CARBONO
Otro de los pilares de la alimentación infantil son los carbohidratos, ya que son la principal fuente de energía del cuerpo humano, y han de consumirse de en abundancia, especialmente entre los niños. Eso sí: hay que saber escogerlos bien, reduciendo los hidratos ‘malos’ (como los azúcares, presentes, por ejemplo, en las ‘chuches’), y apostando por los que provienen de alimentos ricos en fibra. Son buenas opciones, por ejemplo, el pan, los cereales (especialmente los que llevan azúcares naturales no añadidos), el arroz, la pasta o las patatas.

GRASAS
Descartando las saturadas o las temidas ‘trans’, no todas las grasas son dañinas para el organismo: es más, muchas se consideran una excelente fuente de salud, como el aceite de oliva, el pescado azul (especialmente el salmón, el bonito o el atún), la leche entera o los frutos secos.

CALCIO
¿Quién no ha oído miles de veces eso de que ‘hay que beber leche para tener unos dientes y huesos fuertes’? La leche es la principal fuente de calcio en los niños, un nutriente fundamental en su menú diario mientras están creciendo. Lo encontrarás a raudales en casi todos los productos lácteos, como el queso, el yogur, la leche condensada o el helado (¡cuidado con los azúcares!), además de en algunas verduras y legumbres (como las espinacas, el brócoli, las lentejas o los garbanzos), la yema del huevo, la leche de soja, y, por partida doble, en la leche enriquecida con calcio.

HIERRO
El hierro es especialmente importante para la sangre, encargada de transportar oxigeno desde los pulmones hasta el resto de células del cuerpo. Para tener una sangre ‘rica en hierro’ es fundamental incluir en la dieta de los ‘peques’ carnes rojas o de pollo, hígado (fácilmente sustituible por paté), frutos secos, espinacas, chocolate, garbanzos, lentejas y guisantes, así como los cereales para el desayuno ricos en hierro.

ACIDO FOLICO
A pesar de su rimbombante nombre, el acido fólico no es nada más (y nada menos) que un tipo de vitamina B, fundamental en la alimentación de las mamás embarazadas y los niños, y responsable del tránsito de glóbulos rojos en nuestra sangre. Es fácil de encontrar en las lentejas y los garbanzos, así como en las verduras de hojas verdes.

FIBRA
Controlar el ir al baño o no, no siempre depende de la habilidad del pequeño: estimular la actividad intestinal en los niños es importante para que adquieran una regularidad que se extienda hasta su vida adulta. Algunos tipos de fibra, además, sirven para controlar los niveles de colesterol y azúcar. Encontrarás cantidad de fibra en los cereales integrales (como la cebada, la avena o el arroz integral), las frutas, las legumbres y prácticamente todas las hortalizas y verduras. ¡Que no les falte verde en el plato!

VITAMINA A
Otro ‘ladrillo’ fundamental para los cimientos de unos buenos dientes es la vitamina A, que, además, ayuda a mantener la piel y los huesos sanos y fuertes, y es fundamental para tener una vista de lince. La encontrarás a montones en las zanahorias, la calabaza, el calabacín, el melocotón o el albaricoque. Truco: cuanto más intenso sea el color de la fruta, mayor será el contenido de betacaroteno.

VITAMINA C
Fundamental para que se produzcan las reacciones metabólicas básicas del cuerpo humano, la vitamina C ayuda a reforzar el sistema inmune (de ahí el clásico zumo de naranja cuando están resfriados), así como al desarrollo de dientes y encías, huesos o a la cicatrización de heridas. Encontraras montones de vitamina C en los cítricos, como las naranjas, limones, kiwis y mandarinas, así como en las fresas, tomates, espinacas o la coliflor.



¿Qué es una ‘bento box’?



La cocina japonesa es, junto con la dieta Mediterránea, una de las más saludables del mundo. Por eso, echar un vistazo a las tarteras y bolsitas con snacks que los niños japoneses suelen llevar al ‘cole’ o para picar entre horas no sólo es una forma de conocer más de cerca esta forma de vida, donde el pescado, el arroz y los vegetales son protagonistas: la última moda son las bento boxes, que proponen un viaje de lo más divertido al menú infantil, con enormes dosis de imaginación, creatividad y paciencia.

Las cajitas bento, concebidas para empaquetar en un mismo espacio una ración de comida sencilla preparada para llevar, son por tanto el equivalente de la hermética tartera española, con un plus de creatividad que sin duda convierte a las mamás japonesas en unas artistas de la cocina en pequeña escala.

Muñecos manga, flores, osos panda, estrellas... Todo vale a la hora de animar la hora de la comida, incitando a los niños a divertirse con los alimentos, presentándolos cada día de una forma original y diferente. Huevos duros y tortillas, bolitas de arroz, zanahorias y tomates cortados en flor, láminas de pescado, frutas… La variedad de los ingredientes no resta en aportes alimenticios, y sí añade color y variedad al menú infantil. ¿Quieres ver algunas de estas originales cajitas más de cerca? Elegimos las más bonitas en nuestra galería de fotos.

Fotos: Just Bento, Susan Yuen, Happy Little Bento

Fuente hola.com/ninos/

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