Es frecuente confundir los horarios con las rutinas, pero son dos cosas totalmente diferentes, los horarios suelen estresarnos y acaban fracasando, en cambio las rutinas no. Esto no significa que podamos exirgirle a nuestro bebé que siga una rutina que hemos leído en un libro y esperar a que la cumpla porque cada bebé tiene un ritmo diferente y debemos adaptarnos a él.
¿Qué es una rutina?. Es una sucesión de acciones que van siempre (o casi siempre) en el mismo orden, lo cual ayuda al bebé a percibir qué es lo que ocurrirá en cada momento y le da la seguridad que necesita. Durante los primeros meses del bebé cuesta creer que esté siguiendo un orden, pero sí, lo hace, tan solo tenemos que aprender a percibirlo. Te lo cuento a continuación.
Para ayudar al bebé a seguir un orden vamos a centrarnos en diferentes gestos que, para nosotros, pueden ser insignificantes, pero para él son muy importantes como por ejemplo cambiarle el pañal. Es algo que ocurre a diario y que ayuda al bebé a entender la relación causa-efecto, entendiendo esto será más fácil que más adelante construya por sí solo el concepto de tiempo.
Otros gestos importantes son el momento del paseo y el del baño, ambos van a ser puntos de referencia para tu bebé. Las necesidades básicas del bebé tienen prioridad, por eso no podremos bañarle si ya tiene hambre pero, si está habituado a cenar después del baño, probablemente llegará un día en el que no te pida la cena hasta que haya terminado de bañarse.
La clave para que funcione
¿Es necesario estar controlando durante todo el día cada una de las acciones que realizamos?. No, ni mucho menos. La clave para que las rutinas funcionen es relajarse e intuir qué necesita nuestro bebé, aunque al principio parezca que todo es caótico, poco a poco se irá regulando su propia rutina. Es conveniente tener puntos de anclaje, a partir de ahí todo irá tomando su camino y tanto tu bebé como tú podréis disfrutar juntos.
Foto – Breastfeed experience
Propiedades del ácido fólico, vitamina importante para el embarazo
Uno de los grandes problemas que puede tener la embarazada es la falta o carencia de ácido fólico en su organismo. Este ácido se conoce mejor por la vitamina B9, necesario para la formación de la hemoglobina.
Hoy os he querido traer esta serie de consejos para que entendáis mejor qué es esta vitamina, qué efectos produce, y porque es tan importante en las embarazadas.
Tomar ácido fólico es necesario tomarlo un mes antes del embarazo para así poder prevenir algunos defectos en el bebé, tales como los del tubo neuronal, es decir, la tan problemática espina bífida. Por ello, informa a tu médico y que sea él mismo el que te administra la dosis necesario para contrarrestar esta carencia.
Además, la administración oral de este ácido fólico es imprescindible para las embarazadas, ya que gracias a él se fomenta la correcta formación del cerebro del bebé.
Es muy recomendable utilizar el ácido fólico pues, además de aportar al bebé este desarrollo, es un método preventivo para el Alzheimer, la artritis o la osteoporosis.
Fuente – Botánica-online
Visitas al pediatra (de 1 a 6 meses)
Hace poco estuvimos viendo cuándo se realizan visitas al pediatra desde el nacimiento del bebé hasta sus quince días de vida, describíamos también qué se hace en cada una de ellas, para qué sirven y por qué no debemos saltarnos estas revisiones tan importantes para nuestro bebé.
Hoy vamos a continuar viendo en qué consistirán las siguientes revisiones con el pediatra, que seguirán siendo frecuentes hasta los seis meses de vida, a partir de ahí se irán espaciando las visitas rutinarias y tardarás unos meses en volver a ir, a no ser que tu pequeño lo necesite por algún motivo.
Al mes de vida
Se le volverá a hacer una revisión completa al igual que en su primera visita, es decir, se le observarán la talla, el peso, los reflejos y otros aspectos de su desarrollo. Además de esto recibirá su primera vacuna (hepatitis B), a no ser que ya se la hayan puesto en el hospital (puede variar según la comunidad autónoma).
A los dos meses de vida
La exploración física volverá a ser la misma y además se le administrarán varias vacunas: Difteria, tos ferina, tétanos, haemophilus B, polio, hepatitis B y meningococo C. Recuerda que algunas vacunas son obligatorias y otras no, infórmate sobre cuáles son para decidir cuáles de las no obligatorias quieres ponerle y cuáles no.
A los cuatro meses de vida
El pediatra volverá a comprobar el desarrollo de tu bebé pero en esta visita tenemos una gran novedad: La alimentación complementaria. En ocasiones se inicia a los cuatro meses y, si es tu caso, el pediatra te indicará por dónde empezar y cómo, además le adminsitrará la segunda dosis de las vacunas anteriores.
A los seis meses de vida
Toca una tercera dosis de vacunas, revisión del desarrollo físico y motor y además comprobar qué tal va con la alimentación. Si tienes cualquier duda, sospechas de alguna alergia o cualquier cosa podrás consultarle, si todo va bien te indicará con qué alimentos continuar.
Foto – Child care resource network
3 posturas para conciliar el sueño
“Lo peor son las noches”. Esta frase es muy común entre la mayoría de madres y padres, si les pedimos algún consejo seguro que nos dirán “aprovecha para dormir siempre que puedas”, y es que hay bebés que se duermen con facilidad, en cambio a otros les resulta complicado conciliar el sueño y nos necesitan en todo momento para calmarse y poder dormir.
Cuando esto ocurre de vez en cuando puede no ser un problema, pero cuando ocurre a diario resulta agotador y es necesario encontrar soluciones. Por eso desde Madres hoy queremos contarte algunas posturas que podrán ayudar a tu bebé a conciliar el sueño con más facilidad.
Cada bebé tiene sus preferencias a la hora de alzancar el sueño, aunque existen tres posturas básicas que suele ayudarles y no estaría de más probarlas e investigar cuál de ellas prefiere e incluso hacer alguna variante si vemos que así le va a ayudar más.
En brazos
Acostado sobre su espalda, su cabecita está acoplada en el pliegue del codo y su cuerpo en contacto con el nuestro. Esta postura es muy eficaz, sobre todo en las primeras semanas, con ella el bebé escucha los latidos de nuestro corazón, entra en contacto con nuestra respiración y así regula su presión arterial y su propia respiración.
Sobre el vientre
El bebé se coloca boca abajo, con nuestra mano apoyada en su abdomen y su cada apoyada en el pliegue del codo. Con la mano libre puedes acariciarle la espalda. Esta postura es muy útil cuando el bebé sufre los famosos cólicos del lactante porque les ayuda a aliviarse, si te meces ligeramente será mucho mejor.
En vertical
Su cuerpo se apoya sobre nuestro pecho o en un hombro, una mano cubre toda su espalda y la otra le sostiene por debajo del pañal. Según crecen muchos bebés prefieren esta postura porque les permite echar un vistazo a su alrededor antes de dormir.
Foto – Life Spa
Fuente madreshoy.com
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