Numerosos estudios avalan los beneficios de la leche materna. Por ejemplo, la OMS confirma que elevando al 90% la tasa de amamantamiento durante los 6 primeros meses, se evitarían el 13% de las 10 millones de muertes infantiles de menores de 5 años, que se producen en el mundo cada año.
Y es que la leche materna es una fuente nutritiva inigualable para los bebés. Contiene grasas, vitaminas, minerales, proteínas, hormonas, enzimas, factores inmunológicos y un 88% de agua. Además, de entre todos los mamíferos, la leche materna humana es la de mayor contenido en lactosa (glucosa y galactosa que prácticamente representa todo el azúcar).
Todo beneficios para el bebé y para la madre
Así, el Dr. Jaime Pérez del Pulgar, pediatra y miembro de The Doctors destaca entre los beneficios de la leche materna sus propiedades digestivas, metabólicas y nutritivas, así como una mayor protección inmunológica o un menor riesgo de sensibilización alérgica. Además, señala, supone una mejor evaluación psíquica ya que facilita el desarrollo psicoafectivo cerebral y sensorial del niño.
“La leche materna es especialmente beneficiosa en el caso de los recién nacidos prematuros y de bajo peso”, asegura el Dr. Pérez. Asimismo, evita enfermedades como otitis, gastroenteritis y previene la mortalidad infantil.
Pero la lactancia no solo supone beneficios para el bebé, a largo plazo, también los aporta para la madre. Así lo recoge un estudio realizado en Reino Unido, revelando que el Índice de Masa Corporal (IMC) de las madres que han dado el pecho a sus hijos es menor que el de las que dieron biberón y puede influir en la prevención de enfermedades cardiovasculares, incluso cáncer, según el International Journal of Obesity.
Consejos para dar el pecho
Es recomendable dar el pecho durante los 6 primeros meses de vida del bebé. La leche materna debería ser el alimento exclusivo y, durante el primer año de vida, el alimento principal, aunque a partir de los 7 meses, se pueda empezar a introducir alimentación complementaria de forma progresiva, pudiéndose seguir con la lactancia hasta los 2 años.
Por otra parte, es necesario destacar que diversos factores, entre ellos el estrés, pueden influir en la cantidad de leche de la madre en determinadas horas del día. Asimismo, la madre debe estar bien informada ya que la leche puede tardar en aparecer o “subir”. Ello depende de la duración de las contracciones y por ello en el caso de la cesárea la “subida de la leche” puede retrasarse hasta 48 horas, siendo esta ralentización un proceso completamente normal y natural.
Uno de los problemas más habituales es la irritación o dolor en los pezones. Para evitarlo pueden protegerse con cremas o siliconas específicas y corregir la postura del bebé para que succione de forma adecuada. Es recomendable consultar al médico en caso de notar la obstrucción de los conductos. La mastitis es una de las patologías que puede aparecer durante la lactancia, puede solucionarse con calor, masajes, la extracción de la leche y analgésicos.
¿Se puede congelar la leche materna?
La lactancia puede adaptarse a los horarios de la madre utilizando recursos como la congelación de la leche. El Dr. Jaime Pérez del Pulgar apunta que la leche debe extraerse bajo unas estrictas normas higiénicas y que debe congelarse inmediatamente después de su extracción.
En función del congelador, el mantenimiento correcto de la leche materna varía: en el congelador de puerta común al refrigerador, se mantiene 2 semanas. En un congelador separado, unos 3-6 meses y en un frost de temperatura constante, de 6 a 12 meses. La ventaja es que, al descongelarse, mantiene todas sus propiedades. Una vez descongelada, si no se usa en 24 horas, hay que desecharla.
No obstante, en aquellos casos en los que no sea posible amamantar a los bebés, optando por la lactancia artificial, las leches adaptadas específicas, garantizan el correcto desarrollo del bebé puntualiza el Dr. Jaime Pérez del Pulgar. Se trata de preparados que se asemejan al máximo a la composición de la leche materna. La Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición (ESPGHAN) garantiza su formulación en los países de la Comunidad Económica Europea.
Celos entre hermanos
Ponte en su lugar: Me han dicho que voy a tener un hermanito, mamá se ha ido (me cuentan que al hospital) y después de no verla en tres días, mis padres han vuelto con el bebé y están siempre cansados o muy ocupados. Ha habido cambios en casa que no me gustan y encima, eso de que podría jugar con mi hermanito es mentira porque él se pasa el día durmiendo o llorando y yo no puedo ni acercarme… ¿Cómo crees que puede sentirse el rey destronado?
La llegada a casa de un nuevo miembro de la familia es un gran acontecimiento que cambia la vida de cada una de las personas que la integran. Para un niño pequeño, pero que ya se da cuenta de todo (3-6 años) el cambio es trascendental, porque deja de ser el centro absoluto de atención e inicia la, no siempre fácil, etapa de aprender a compartir.
Esas primeras semanas tan felices no tienen que ser un problema para tu otro hijo/a. Es normal que sienta celos pero, si todo va bien y habéis actuado correctamente haciéndole partícipe de la nueva situación, se le pasarán muy pronto.
Observa al mayor porque los celos pueden tener distintas manifestaciones, desde perretas y comportamiento rebelde hasta una actitud de total ignorancia y desprecio del hermanito. Algunos niños “retroceden” en el tiempo, es decir, vuelven a hacer cosas de cuando eran bebés (chuparse el dedo, querer dormir en la cama de los padres) pensando que así recuperarán la atención de sus progenitores; otros disimulan su disgusto haciendo ver que quieren mucho al hermanito (aunque en su interior estén deseando que se vaya y vuelva todo a ser como antes). Cualquiera de estas situaciones temporales tiene una solución más sencilla de lo que parece: un poquito de paciencia (dale tiempo para adaptarse a los cambios) y mucho, muchísimo cariño.
¡Quítale de la cabeza la idea de que ahora le queréis menos! Eso es lo que a él le preocupa, más que cualquier otra cosa. Besos, mimos, cuentos, abrazos, juegos… que no le falten para que, así, comprenda que él sigue siendo lo más importante para papá y mamá. Esto no quiere decir que tengáis que permitirle todo para que no se enfade. Elimina de raíz cualquier actitud despótica. El cariño no está reñido con dejar claras una serie de normas de convivencia que debéis establecer desde el primer momento de vuestra vuelta a casa con el hermanito.
¿Cómo actuar?
Prepara a tu hijo/a mayor para el acontecimiento desde el embarazo. Habla con él de lo que va a ocurrir (a su nivel). Sé sincera (habrá días duros) y hazle partícipe de vuestra felicidad para que él también la sienta. El bebé no es sólo de papá y mamá, es también SU hermanito.
No le hagas mayor antes de tiempo. A un recién nacido se le ve tan pequeño e indefenso que, sin daros cuenta, podéis caer en el error de pensar que vuestro primer hijo ya os necesita menos. Nada más lejos de la realidad. Para él es un momento delicado y su actitud depende mucho de la vuestra. Dedícale también su tiempo exclusivo (sólo con vosotros) y mantén en lo posible sus costumbres: la hora del baño, su cuento antes de dormir bien arropado y con un beso, la recogida en la puerta del colegio… No es buen momento para más cambios (bastantes ha habido ya. Si necesitas hacer alguno hazlo antes de volver a casa con el hermanito).
Escucha sus preguntas e intenta darles respuestas. Una buena idea es hablarle de cuando él era un bebé. Enséñale sus primeras fotos, recuerda anécdotas… así verá que todo lo que hacéis al hermanito, también lo hicisteis por él. Háblale además de las ventajas de ser "mayor", él ya puede hacer muchas cosas que, de momento, el pequeño no puede.
Fomenta el acercamiento entre los dos. Deja que el mayor colabore en pequeñas tareas (no le excluyas): biberón, pañales, canciones… esos momentos crearán lazos de unión para toda la vida. Explícale que tiene que tratar a su hermano con cuidado pero sin pasarte (no es de cristal). Por supuesto, corrige de manera inmediata y enérgica cualquier actitud negativa o agresiva. Tú a él le quieres mucho pero eso no lo vas a permitir. Ante un comportamiento así no pierdas la calma y no exageres (que pase alguna vez es normal y no indica celos enfermizos). No le digas que es malo, mejor explícale por qué eso no ha estado bien y jamás le amenaces con que “te voy a dejar de querer” sería demasiado duro para él.
No te empeñes en forzar situaciones tipo "dale un besito al hermanito”. Él se lo dará cuando le apetezca.
Por último ¡ojo! con las primeras visitas de familiares y amigos que quieren conocer al recién nacido, porque sin darse cuenta pueden pasar olímpicamente del mayor (cuando antes, él era la estrella de las reuniones). ¿Qué tal si le propones que sea él el encargado de presentar en “sociedad” a su hermanito? Otra buena idea es tener previsto un regalito para él porque cuando todos sólo traen para el nuevo miembro de la familia puede sentirse totalmente fuera de lugar. Basta un detalle, unas chuches, una muñequita… lo importante es que vea que no se han olvidado de él. No hay otra: paciencia y amor.
¿Bebé en camino? cuidados en el hogar para evitar accidentes
Aunque durante los primeros meses el pequeño pasará la mayor parte de su tiempo en la cuna, esta relativa tranquilidad durará muy poco porque a partir de los cuatro - seis meses (dependiendo de cada bebé), esos “locos bajitos” intentarán descubrir el mundo por su cuenta sin tener conciencia alguna de los posibles peligros. Cuando comienzan a gatear (su velocidad puede llegar a asombrarte) y especialmente en los primeros intentos de ponerse de pie y empezar caminar, te faltarán ojos y manos.Seguro que ya has pensado en todo lo que necesitarás en esos primeros meses y tienes idea de la decoración de su cuarto pero, tal vez, sobre todo si es tu primer hijo, no hayas pensado en que también tendrás que preparar la casa de forma que quede a prueba de niños. Las medidas que te indicamos son sencillas y pueden evitar los accidentes más frecuentes que pueden producirse en el hogar. Ten en cuenta, además, que tendrás que mantener algunas de ellas durante años porque a medida que el niño crece también aumenta su curiosidad y su capacidad para llegar a lugares que, meses atrás, le resultaban inaccesibles.
Prevención ante todo
1. Aunque creas que tu bebé es demasiado pequeño para moverse con independencia, no le dejes solo en el momento del aseo o cambio de pañal. En el cambiador, sobre la cama, en un sillón… puede girar cuando menos te lo esperes e ir al suelo.
2. Cuando empiece a caminar, procura que lo haga en un espacio libre de obstáculos para limitar los tropezones (cuidado con sus propios juguetes). Evita las alfombras y, si las tienes, mantenlas siempre bien estiradas y con protección (bajo alfombra) para que no resbale.
En esos primeros meses en los que el niño ya tiene cierta autonomía, pon especial atención en las pequeñas cosas que pueda llevarse a la boca y déjalas lejos de su alcance. Sus “investigaciones” incluyen probar el sabor y la textura de todo lo que cae en sus manos, por lo que el peligro de que se atragante, es real.
3. Hasta que el pequeño coja soltura en la ardua tarea de caminar, las escaleras le resultarán especialmente complicadas. Las barandillas protectoras para que no pueda subirlas o bajarlas solo resultan casi imprescindibles.
4. Comprueba que en su habitación el mobiliario es el adecuado a su edad (sillas y mesas a su altura, libres de aristas, sin elementos peligrosos como baldas de cristal, etc) y confirma que no hay ningún mueble al que pueda subirse colocado junto a una ventana.
Además, recurre a las protecciones de plástico que suavizan las esquinas para evitar que se lastime (las encontrarás fácilmente en cualquier tienda especializada). Su habitación tiene que ser un espacio lo más seguro posible. Las estanterías y muebles auxiliares deben estar bien fijados al suelo y/o pared para que, en ningún caso, puedan venírseles encima.
También, es importante colocar topes en cajones y puertas. Descarta totalmente la idea de colocar en su cuarto cualquier tipo de hornillo, brasero o estufa para que no pase frío, pueden ser muy peligrosos (bastará con la calefacción habitual).
5. Otro peligro son los enchufes, que, no se sabe por qué, les llaman mucho la atención. Es importante anular los que están a su alcance. Tienes una especie de clips de plástico que taponan los agujeros para evitar que puedan introducir los dedos (se quitan y ponen de forma muy sencilla para un adulto, por lo que, si los quieres recuperar en un momento dado podrás hacerlo fácilmente).
6. La precaución es también necesaria para que no se produzcan cortes y pequeñas heridas. ¡Ojo! al guardar tijeras, cuchillos, alfileres, etc. Ellos son pequeños pero muy rápidos y cualquier despiste puede provocar un accidente. Lo mismo ocurre con los productos de limpieza y los medicamentos. Consérvalos siempre en un lugar seguro (armario bien cerrado) y lejos de su alcance.
Precauciones para evitar que los niños sufran accidentes en casa
Gtres
7. Dos estancias de la casa resultan especialmente ”conflictivas”: el baño y la cocina. Aunque ya se mantenga sentado, nunca dejes a un bebé sólo en la bañera (ni unos minutos). Podría intentar levantarse, resbalar o simplemente irse hacia delante y no poder incorporarse con el grave peligro de ahogamiento que esto conlleva. Cuidado también con los productos de aseo y con la temperatura del agua que podría quemarle su delicada piel (comprueba siempre que no está demasiado caliente con un termómetro o, con el método de “toda la vida”, introduciendo tu codo en el agua).
En cuanto a la cocina, mantén al peque siempre alejado de la zona de los fuegos (o vitro). Comprueba que cualquier cacerola o sartén le resulta inalcanzable (mangos y asas siempre hacia dentro) y enséñale con el famoso “eso no se toca” que la vitrocerámica o los quemadores pueden estar muy calientes y hacerle daño si pone la mano en ellos.
8. Por último, no olvides el exterior. Revisa terrazas y balcones y pon protecciones si son necesarias. Además, si tienes una piscina en tu jardín, por seguridad, tendrás que rodearla con una valla específica que haga imposible que el pequeño pueda caerse en un descuido. Sin duda, estarás más tranquila.
Fuente mujerdeelite.com
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