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miércoles, 19 de octubre de 2011

La pareja y los médicos en el parto

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El vínculo del médico y de la partera con la pareja que va a tener un hijo tiene que ser de total confianzay permitir que sean escuchados y respetados. Asimismo, las prácticas que se realizan tienen que elegirse con cuidado, sin hacer más de lo necesario ni causar dolor o molestias para cubrir posibles complicaciones antes de que se produzcan.

En todo parto se debe dar la posiblidad de que sea de la forma más natural, sin que se usen técnicas innecesarias. Esto debe quedar muy claro en las charlas durante el embarazo entre la parejay el equipo médico.

En el ámbito privado, si se elige un médico fuera de la institución, que trabaje con su propio equipo, incluso se le puede pedir a las enfermeras que no intervengan hasta que el médico las llame, se puede poner música, parir de pie y crear un clima de intimidad que le permita apoderarse de su propio cuerpo como una herramienta que puede manejar.

Aquellos que decidan tener a sus hijos en su propia casa gozan de varias ventajas: tienen intimidad, no los presionan, pueden crear un clima que permita el relax; en definitiva, se vuelve a socializar un hecho como el nacimiento, que hoy por hoy se maneja desde la esterilidad en su acepción más amplia.

La rutina hospitalaria para el parto

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Una mujer en fecha de parto siente contracciones y va al hospital o al sanatorio. Esté o no en trabajo de parto, la mayoría de las veces queda internada para reservar cama. Entonces, comienza la rutina.

Rasurado: se afeita la vulva con el propósito de que el parto sea más higiénico, aunque este requisito no tiene sostén científico que lo avale. Cada vez es menos frecuente.

Enema: se hace para evacuar el intestino, aunque la mayoría de las mujeres cuando llega al parto ya tiene el intestino evacuado. Es un paso más que pone muy nerviosa a la mujer que está por parir.

Goteo: Se trata un suero con oxitocina, una hormona que toda mujer produce en forma natural. Durante el parto aumenta la cantidad para permitir que el útero se contraiga. Aun así, en algunos prepartos se coloca por medio del suero para que las contracciones se aceleren y sean más rítmicas. Este procedimiento baja los niveles de oxígeno del bebé. Debería usarse sólo si el bebé está pasado de fechay empezóadejar de crecer, osi se debe inducir al parto porque la madre es hipertensa o diabética.

Monitoreo: Para asegurarse de que la oxitocina no sea perjudicial para el bebé, se le ponen cinturones para controlar sus contracciones y los latidos de ella y del bebé. Esto ayuda a que la mujer vaya sintiéndose cada vez más enferma, descargue adrenalina, que es la hormona del estrés, y de endorfina, que es otra hormona que actúa como un analgésico natural.

Peridural: con todos estos métodos desagradables, la mujer baja mucho su tolerancia al dolor, con lo cual la mayoría termina recibiendo anestesia peridural, que adormece la sensación de parir.

Episiotomía: es un corte en el perineo y en la pared vaginal para ampliar el espacio vaginal. Se justifica si el bebé es demasiado grande o si se necesita usar fórceps.

Empujones: la partera o el médico se apoyan sobre la mujer y empujan al bebé, para que baje más rápido.

Parto humanizado

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La propuesta es tomar al nacimiento como un hecho social natural, que no debería estar atravesado por prácticas médicas que no sean estrictamente necesarias. La mujer tiene el control y toma las decisiones con respecto a su cuerpo y lo hace en compañía de sus seres queridos, con la asistencia de un médico y una partera.

Tal como se estilaba hace un siglo, hoy muchas parejas deciden tener sus hijos en su propia casa, como una manera de dignificar el parto y alejarse de los procedimientos agresivos habituales en algunos hospitales y sanatorios. Como agresivas se entienden determinadas prácticas como el goteo, que deberían reservarse sólo para los casos en que ocurre algo fuera de lo esperado.

La realidad es que se suceden muchos pasos desde que la mujer llega al hospital que no son necesarios si se deja que el cuerpo actúe en forma natural y llegue al parto en el momento en que el bebé y la mamá están preparados. ¿Por qué no repensar si esta es la mejor forma de traer un hijo al mundo? Desde hace unos años hay una tendencia  a promover lo que se llama parto humanizado, que es la contracara de los partos medicalizados que se atienden como si se tratara de una enfermedad.

Cuando el parto se aproxima

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Si bien todo el proceso del embarazo tiene sus momentos y situaciones especiales en sí, el último trimestre en particular enfrenta a la madre y a su entorno al gran momento: el nacimiento. El bebé se prepara mediante un proceso biológico para la vida extrauterina y la mamá también progresivamente para los cambios que le generará el nacimiento.

La aproximación del parto es uno de los motivos principales de cambios y temores de la mamá y la pareja en sí. Como en todo proceso, tener conocimiento e información de lo que acontecerá favorece que disminuya la ansiedad y el temor. Aunque éstos no desaparecen por completo, es decir las fantasías se siguen produciendo; en particular sobre el encuentro con ese ser “desconocido” hasta ese momento y sin embargo tan íntimamente ligado a la mamá durante todo el período de gestación.

Constitucionalmente a los seres humanos enfrentarnos a situaciones nuevas y desconocidas nos genera siempre un aumento en el monto de ansiedad. Se empieza a generar acá un proceso de cierta regresión en donde a partir del nacimiento se crea un vínculo íntimo con el bebé y donde la mamá funcionará como holding o sostén en todo momento.

Se comunicará con él de una manera especial y podrá interpretar los pedidos que su bebé le demande. Los cambios físicos alcanzan su máximo momento, el cuerpo crece y se manifiesta, surgen incomodidades a la hora de conciliar el sueño, incluso hasta para cambiar de posición en la cama.

En la relación de pareja se ve reflejada la situación, muchas veces por indicación médica las relaciones sexuales disminuyen o están contraindicadas. La panza ocupa un lugar preponderante y eso dificulta muchas veces el contacto. La mamá puede sentirse “menos deseable” para su pareja.

Es prioritaria en todo momento el encuentro íntimo entre la pareja que no sólo pasa por la relación sexual en sí; existen otras formas de dar y recibir placer, pudiéndose así conectar la pareja y seguir disfrutando momentos previos al parto.

La profilaxis preparatoria para el parto ayuda a la pareja a vivir el proceso como una experiencia feliz y sana.  Brinda además herramientas para la participación activa en el mismo, tanto de la mamá como del papá.

Amenaza de parto prematuro

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Síntomas de “amenaza de parto prematuro”

La “amenaza de parto prematuro” constituye un cuadro médico que se instala con el incremento de las contracciones uterinas, por lo que puede ser detectado por la madre y permite intuir que el parto va a suceder antes de término. Recordemos que las contracciones son normales hasta 10 o 15 por día, después de la semana 28 y su finalidad es ubicar, progresivamente, al bebé en posición cefálica (con la cabeza hacia abajo) e ir adelgazando la parte inferior del útero, para que el parto pueda producirse. El incremento de contracciones en caso de “amenaza de parto prematuro” se hace notorio, pues su frecuencia aumenta a más de 2 por hora y puede seguir en progresivo aumento hasta instalarse el acuadro de trabajo de parto prematuro”, que ya avanzado, es prácticamente irreversible.

Para evaluar la gravedad de la amenaza también se tiene en cuenta el estado del cuello del útero, lo que se verifica mediante un tacto vaginal. Así. si el cuello uterino comienza a ablandarse, a acortarse y a dilatarse  y esto no se detiene, la dilatación continuará y el parto prematuro será la consecuencia lógica de ese proceso.

Por eso. la paciente debe estar informada y alerta para concurrir a un centro asistencial a la brevedad, cuando comienza a sentir las primeras manifestaciones de una “amenaza de parto prematuro” .

Cesárea y anestesia en el parto

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• La cesárea es un intervención bastante habitual en obstetricia. Es difícil dar la tasa media de partos por cesárea. Puede variar mucho de un centro a otro. Algunos ginecólogos prefieren dar la oportunidad de que el parto se haga por vía vaginal aunque sea algo más largo y costoso. Otros recurren a la operación al primer indicio de complicaciones por considerar que de esta manera, protegen mejor la salud del bebé y la de su madre. En cualquier caso, su frecuencia oscila entre el 10 y el 25%.

• La mayoría de las cesáreas son programadas, ya que las causas se han detectado antes del parto: posición inadecuada del feto, enfermedad materna, características de su pelvis, parto gemelar, etc. En otros casos y especialmente cuando se presenta sufrimiento fetal, la cesárea tiene carácter de urgencia. Cualquier embarazada debe tenerlo en mente y estar preparada para esta eventualidad.

• La tensión muscular que provoca el miedo aumenta la sensación dolorosa y dificulta la dilatación del cuello uterino.

• Una parturienta puede perder el control sobre sus emociones al sentir miedo y dolor. Pierde confianza en sí misma hasta convencerse de que no va a ser capaz de aguantar el parto.

• No hay que sentirse avergonzada o culpable por haber dado a luz bajo anestesia. Queda por demostrar que una madre que ha parido con dolor sea mejor madre.

• La anestesia peridural es responsable de que la tasa de nacimientos con fórceps haya subido. Se debe a que bajo anestesia, los pujos de la mujer pierden eficacia. El uso de los fórceps no entraña peligro alguno cuando se aplican en el último tramo del parto.

Fuente crecebebe.com

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