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domingo, 21 de noviembre de 2010

¿demasiado pronto para tener relaciones?


¿Tiene un chaval o una chica de 13 años la suficiente madurez como para mantener relaciones con un adulto por su propia decisión? El Codigo Penal español cree que sí, y establece la edad de consentimiento sexual en esta cifra. Esto significa que mientras que no se puede trabajar hasta los 16 años, o para votar y sacarse el carné hace falta tener la mayoría de edad, para mantener sexo consentido con adultos bastaría haber cumplido los trece, una de las edades más permisivas de Europa. Sólo la supera el estado del Vaticano, dónde la edad mínima de consentimiento se sitúa a los 12 años.

Siguiendo la ley podemos entender que el consentimiento prestado por el menor o la menor de 13 años no resulta válido a efectos legales. Es decir, que independientemente de si ha habido violencia o abusos en el acto, se presumirá que ha existido un delito. Se asimilará la relación al sexo sin consentimiento, que, sea cual sea la edad de la “víctima”, se considera abuso sexual.

Dicen que la edad media en que los adolescentes españoles tienen su primera relación sexual completa es cada vez más temprana. Sin que exista una cifra oficial exacta y rotunda, la edad se sitúa entorno los 16 años, generalmente un poco antes en el caso de las chicas. Pero, a pesar de avanzar cada vez más, la cifra sigue quedando lejos de los 13 años.

Psicólogos, sexólogos y asociaciones en defensa de la infancia tienen claro que salvo excepciones, a esas edades se es demasiado manipulable por un mayor y que, psicológicamente, no se está preparado para entender lo que supone el sexo. El Congreso también lo entendió así hace un año y medio, cuando aprovó una iniciativa del PNV para elevar la edad de consentimiento sexual. Una propuesta que suscitó la unanimidad de los grupos parlamentarios y que se incluyó en la reforma del Código Penal. Curiosamente, en junio, pasado algo más de año des de la formalización de idea, se publicó en el BOE la ley que modifica el código Penal de 1995. Pero la iniciativa no se materializó. Y el límite sigue en los 13 años.

Si comparamos esta edad con el resto del mundo nos daremos cuenta de lo temprana que es. En países como Italia la edad mínima de consentimiento se sitúa a los 14 años, en Francia o Holanda sube a los 15, y llega hasta los 16 en Gran Bretaña, Noruega o Suiza. Pero Irlanda la marca aún más alta, a los 17, llegando a la mayoría de edad en Turquía o Croacia. En cuanto a Latinoamerica, la media se sitúa a los 14 años. Países como Chile, Colombia o Ecuador mantienen esa cifra, con la excepción de Perú que la establece sorprendentemente en la mayoría de edad, o Argentina, que, como en España, la sitúa a los 13 años.



Madres demasiado precoces

El caso de la niña rumana de diez años que dio a luz un bebé en la ciudad de Jerez puso los pelos de punta a unos y otros. Cómo una niña tan joven puede llegar a quedarse embarazada y, además, a tener el niño. Sin meternos en la conveniencia de que una chica de 10 años deba llevar o no su embarazo adelante, lo que sí es cierto es que se nos plantean muchas dudas acerca de la manera en que una madre tan precoz puede hacerse cargo de las responsabilidades que comporta el tener un hijo. Y es que ni tan siquiera estamos hablando de un embarazo adolescente, de lo que aquí hablamos es de madres que ni siquiera han dejado de jugar con muñecas.

Puede que este caso te parezca raro, una excepción. En realidad así es… pero cada vez menos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2008 se incrementó el número de menores de 15 años embarazadas. Unas 500 decidieron abortar y otras 175 continuaron con su embarazo. Los casos de estas madres extremadamente jóvenes encienden algunas alarmas sobre nuestro sistema social y, sobre todo, sobre la situación de estas niñas a las que no les tocaba ejercer de madres. En muchas ocasiones, detrás de un embarazo precoz se esconde una historia de abusos sexuales o irresponsabilidades paternas.

Tener un hijo a una edad tan temprana implica que serán los padres de la madre (abuelos del recién nacido) quien se ocupen de la custodia; pero además conlleva responsabilidades que chicas tan jóvenes difícilmente sabrán asumir. Y si lo hacen tendrán que sacrificar, no ya su infancia, sino también sus estudios y su futuro. En Brasil ocurrió un caso parejo al de Jerez, esta vez con una niña de 9 años embarazada de gemelos fruto de una violación. Los médicos consideraron que la menor no estaba preparada físicamente para hacer frente a un doble parto, por lo que finalmente se le practicó un aborto. Cuando una madre demasiado precoz se dispone a dar a luz es probable que surjan complicaciones en el parto o que se tenga que practicar una cesárea. Y es que, si la madre no está lo suficientemente desarrollada, también el feto puede verse afectado. En cuanto a las implicaciones psicológicas, es evidente que una niña que ni tan siquiera ha pasado por la adolescencia difícilmente podrá asumir su papel como madre.

Cierto es que la niña de Jerez no se encontraba escolarizada, pero a día de hoy la solución pasa por la educación desde la edad más temprana a manos de colegios, instituciones y, como no, en el mismo hogar. A tenor de estos embarazos, cuanto antes se empiece, mucho mejor.

Foto embarazo por genue.luben en Flickr

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