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domingo, 21 de noviembre de 2010

Pérdidas en la menstruación


El ciclo menstrual femenino, no es tan sencillo de entender como parece, ni se presenta de igual manera en todas las mujeres, ya que no todas son regulares y pueden tener ciclos más cortos o más largos que otras.

En condiciones normales, el ciclo femenino, es de 28 días, contándose como día 1, el primer día que se producen las pérdidas de sangre, conocidas como menstruación.

Esta hemorragia proveniente del útero, suele durar entre 3 a 5 días, dependiendo también de cada mujer, y puede ser más o menos abundante, llegándose a eliminar hasta 60 ml de sangre en esos días.

Pero no podemos obviar el hecho de que hay mujeres, que tienen pérdidas o sangrados mayores y otras también menores, hablándose en estos casos de hipermenorrea y de hipomenorrea, respectivamente.

A las variaciones en el intervalo de la menstruación de cada ciclo, se lo denomina oligomenorrea, y es cuando existe una diferencia entre 36 a 90 días, en lugar de los 28 días habituales. Si la menstruación no se presenta hasta los 90 días, unos tres meses aproximadamente, entonces debemos hablar de amenorrea.

Pero ¿a qué se deben estas variaciones en los ciclos menstruales?

La mayoría de las veces se producen por un problema en el funcionamiento de los ovarios, los cuales producen menos cantidad de óvulos que los normales, o bien por trastornos hormonales.

Muchas de las mujeres que tienen estos ciclos irregulares, tienen dificultades en su fertilidad o para planificar un embarazo.

Otras de las causas puede deberse a: problemas en los órganos reproductivos, trastornos alimentarios, estrés o el consumo de ciertos medicamentos.

Por esto es muy importante que cada mujer conozca su ciclo menstrual, para poder identificar un problema cuando éste se presenta y poder de esta manera, realizar una consulta médica oportuna.

Y el tema de los ciclos irregulares es uno de los más frecuentes que deben tratar los ginecólogos, sobre todo en las jovencitas, ya que son de los más comunes.

Otra de las cuestiones con las cuales las mujeres debemos liar en los ciclos menstruales, es con el síndrome premenstrual y las molestias o dolores que provoca la menstruación. Éstos también son variables de acuerdo a cada mujer, ya que mientras que hay algunas que sufren horrores por lo menos los primeros días de su ciclo, otras en cambio, ni siquiera lo perciben.

Y las molestias menstruales, se suelen presentar con dolores en el abdomen y en la parte baja de la espalda, lo que comúnmente las mujeres describimos como “dolor de ovarios”, pesadez en las piernas, náuseas, vómitos, tensión en las mamas, irritabilidad, mal humor, aumento de la sensibilidad emocional, entre otras cosas.

Nada simple es ser mujer ¿verdad?, pero debes tomarte esto de la mejor manera posible y vivir tu menstruación con naturalidad, a pesar de los trastornos que ella te puede acarrear.

Foto de mujer de lightroomop en Flickr



Cambios en la adolescencia: el acné

Uno de los temas que más preocupa a los adolescentes que están en plena etapa de cambios físicos y hormonales es el acné. ¿Y es que quién, entre los 13 y los 16 años, no ha padecido esos indeseables granitos en el rostro? Algunos más, otros menos, en alguna oportunidad o etapa de nuestra vida, nos hemos tenido que enfrentar a ellos y hasta hemos hecho lo imposible por quitarlos de nuestro rostro.

Mucho hemos escuchado acerca de “este mal” propio de la adolescencia, muchas verdades, pero muchos mitos también, como que la manteca, el chocolate y otros alimentos ricos en grasa, provocan el acné, pero esto es falso, ya que el acné surge fundamentalmente por un cambio hormonal y por el exceso de gratitud de la piel como consecuencia de los mismos. El acné es algo tan común y normal que ocho de cada diez adolescentes lo padecen y, aunque más raro, también puede presentarse en algunos adultos.

El aumento de sebo, productos de los cambios hormonales de la adolescencia, hacen que los poros se tapen y en muchas ocasiones se infecten por el contacto con el aire y con bacterias, provocando el típico enrojecimiento y la hinchazón, tan característica de los granos. El acné también tiene mucho factor hereditario, por lo que si tus padres han tenido acné de adolescentes, es muy probable que tú también lo tengas.

Existen distintas manifestaciones de este problema de la piel, la cual puede aparecer con puntos blancos, espinillas o puntos negros, granos o quistes, estos últimos son nódulos o granos internos que generalmente resultan dolorosos.

La forma más común de manifestarse el acné se conoce con el término científico de acné vulgaris, el cual suele estar presente en cara, cuello, hombros, espalda y pecho.

¿Qué puedes hacer para evitar o combatir el acné?

- Lavarte por lo menos dos veces al día la cara con agua tibia y un jabón neutro
- Secarse suavemente, no frotando la piel, sino como adsorbiendo el exceso de agua
- Tratar de evitar los maquillajes, por lo menos durante el tratamiento, en el último de los casos, retirarlo luego muy bien del rostro
- En caso de utilizar cremas o pantalla solar que las mismas sean “no comedogénicas” o libres de aceites
- Tratar de usar el cabello recogido, ya que la grasa natural del mismo, al tomar contacto con el rostro, puede favorecer la aparición o empeorar el acné

Si tu acné es muy severo o estás muy angustiado a causa del mismo, no dudes en consultar con un médico dermatólogo, ya que te puede recomendar algún tratamiento en base a cremas y/o lociones. Ahora que ya sabes que el acné es algo normal, propio de la edad, y que afortunadamente suele ir desapareciendo por sí sólo, a medida que vayas saliendo de la adolescencia, conviene que tengas paciencia y como recomendación, por más que te cueste, no te toques o aprietes los granitos, ya que te puedes empeorar el problema o dejarte cicatrices.

Paciencia y más paciencia es la clave, ya verás como con el tiempo el acné desaparecerá y sólo será un mal recuerdo.


Fuente educasexo.com

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