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lunes, 30 de agosto de 2010

Afrontar la pérdida de la virginidad

Hay quienes pensamos que la virginidad está sobrevalorada. En ocasiones como un ideal romántico y super-trascendente que nos llega desde determinados productos audiovisuales estandarizados, conservadores y destinados a un público eminentemente adolescente. En otras ocasiones, se trasciende la pura ideología del producto cultural para llegar a la tipificación de la pérdida del virgo como un doloroso trance que requiere unos cuidados y precauciones extremos. Dejando de lado ideologías y moralinas varias, es cierto que se trata de un paso importante por todas las implicaciones que conlleva, sobre todo si se hace a una edad temprana. Las adolescentes necesitan contar con todas las herramientas necesarias para poder estar seguros de que van a realizar el coito por primera vez de manera responsable y placentera.

Con esto no queremos insuflar miedos adicionales a nadie, ni tampoco hacer más trascendente algo que es un paso común en la vida de todo hijo de vecino. Después de la primera vez habrán muchas otras y seguramente mejores. El recuerdo de aquella primera tentativa quedará difuminado por las sucesivas si tienes una buena experiencia. Por el contrario, si las cosas no marchan como deberían, tu primera vez puede convertirse en un fantasma que planee sobre tus sucesivas relaciones y que incluso repercuta en ellas negativamente. Así, para practicar el sexo de manera responsable y no pagar las consecuencias más tarde, lo primero que tienes que saber es en qué consiste eso de perder la virginidad. Por un lado, los dos componentes de la pareja deben estar cien por cien seguros de lo que hacen y cómodos con la situación. Por otro lado, es capital utilizar protección para evitar las Enfermedades de Transmisión Sexual y los embarazos no deseados. Estos dos preceptos marcan las reglas del juego. Si alguno de ellos falla, mejor no participar.

Una de las consecuencias de mantener relaciones a muy temprana edad es que puede darse el caso de que todavía no contemos con la información o la seguridad necesaria para que el sexo fluya correctamente. La experiencia, aunque no sea coital, se considera un grado, e insufla algo más de confianza en uno mismo. Y es que no es posible empezar la casa por el tejado. Antes de perder la virginidad, es bueno que aprendas a conocer tu propio cuerpo al detalle y, por qué no, el de tu pareja. Solo así sabrás lo que te gusta y lo que no. La virginidad puede perderse de golpe o progresivamente, ampliando poco a poco los límites personales en función de nuestro propio deseo. Desde Educasexo aconsejamos la segunda opción, que te permitirá estar cien por cien seguro cuando traspases una barrera.

Perder la virginidad puede ser un paso positivo hacia la madurez sexual y emocional si se está preparado para ello. Pero debes tener en cuenta que es una decisión totalmente personal y que te concierne solamente a tí. Si las razones que te mueven no son las correctas (esto es, presión de la pareja, prisas, imitar a los amigos, estados de embriaguez…), las consecuencias emocionales, como hemos apuntado antes, pueden ser acuciantes: estados de confusión, decepción, extrema vulnerabilidad, arrepentimiento… Todo ello por no haber elegido a la persona adecuada, por no haber esperado un poco más o por haber violado determinadas normas morales o religiosas sin estar demasiado seguros.

Fuentes: Euroresidentes.com

Lonely por Rodrigo Benavides en Flickr

Pareja adolescente por michi003 en Flickr


¿Hablas de sexo con tus hijos?

Pese a que la sexualidad esté sobredimensionada hoy en día, a través de la televisión, de Internet, de revistas y medios especializados, presente en la escuela, en la calle… ¿se habla como se tiene que hablar en los hogares? Es decir, esta profusión de información sexual ¿va acompañada de una mayor libertad por parte de los padres? ¿O se siguen cortando a la hora de hablar de sexo con sus hijos? Es cierto que la cantidad de información sexual de la que disponemos es amplia, pero no sabemos si realmente proviene de las fuentes que los jóvenes necesitan.

Con información o sin ella, está claro que los embarazos no deseados, los abortos y las enfermedades sexuales siguen existiendo. Ello nos da una cierta información respecto hasta qué punto son útiles los datos de los que disponen los adolescentes de hoy. Información no siempre es sinónimo de desaparición de antiguos tabús. Si desde la esfera familiar no se hace mención a nada relacionado con la sexualidad, desde una actitud de confianza y naturalidad, forzosamente el niño o el adolescente va a percibir que el sexo es un asunto del que es mejor no hablar. O que, simplemente, no es bienvenido dentro del seno familiar. De esta manera, cuando surja alguna duda por parte del menor, los padres no podrán participar en la orientación de su hijo… puesto que no se va a recurrir a ellos.

Evidentemente, las cosas han cambiado sustancialmente en los últimos años, pero la aprobación paterna respecto a asuntos tan peliagudos como la opción sexual o el modo de vida sigue siendo, en el fondo, algo muy importante para la autoaceptación sexual del niño o adolescente. Así, si lo que deseas es participar activa y positivamente en la formación de la identidad sexual de tu hijo, es necesario que le hagas entender que puede hablar contigo de cualquier tema. Incluído el sexo. No queremos decir que preguntes e instigues para que todo pase por tí, sino que hagas que tu hijo se sienta a gusto respecto a determinados temas.

Deja de lado tus antiguos tabús por el bien de tus hijos

Ello pasa, obligatoriamente, por un trabajo previo en la niñez. Los niños se dan cuenta cuando alguien les censura, aunque sea de manera sutil. El nucleo familiar es, en primera instancia, el lugar donde los niños aprenden el significado del bien y del mal, por lo que una mirada abierta y no enjuiciadora es lo más saludable. Habla con tus hijos alrededor de los cambios de su propio cuerpo, de lo que significa tener relaciones, de los riesgos, de las satisfacciones… y hazlo con un vocabulario adaptado a su edad. Si todavía te escandalizas ante cietos temas, lo mejor es que seas franco con ellos y les expliques que, simplemente, perteneces a otra generación donde la sexualidad permanecía encerrada. Por lo que ambos tenéis que hacer un esfuerzo de comprensión mutua.

Adolescentes por Pink Sherbet en Flickr

Familia antigua por Tobyotter en Flickr

1 comentario:

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